jueves, 11 de octubre de 2007

Felicidad = Trabajo

Probablemente alguna persona que lea el título de esta entrada pensará que estoy loco, que ya perdí los pocos tornillos que me quedaban. Paso a explicar lo que quiero decir con ese título: En realidad no me refiero al trabajo del que despotricamos tanto todo el tiempo, el trabajo de oficina, de 8 a 5, donde generalmente estamos desesperados porque llegue el fin de semana. A lo que me refiero es al trabajo constante en la búsqueda de nuestros sueños, en procura de nuestro mejoramiento personal y espiritual. Claro, creo que en realidad la idea es que ese "trabajo" tedioso de 8 a 5 (o sea cual sea el horario) no sea un "trabajo", sino un juego. Que disfrutemos haciéndolo y que no sintamos que estamos trabajando, sino jugando o haciendo lo que más nos gusta y apasiona. Es decir, desde ese punto de vista, sí me refiero a esos tipos de "trabajos". Pero independientemente de que sea un empleo como tal o sea la búsqueda de la elevación espiritual, el mejoramiento como padres o madres, esposos o esposas, etc., a lo que me refiero es que no existe la felicidad en la relajación o vagancia. Muchas veces creemos que seríamos felices no "trabajando" nunca y teniendo todo el tiempo libre del mundo. Y lo que quiero decir es que el hecho de no "trabajar" no da la felicidad. Porque si decides no trabajar, en el sentido de no tener un empleo de 8 a 5 y buscarte otro modo de ganarte la vida, no vas a ser feliz sentado todo el día en un sillón viendo TV. Te vas a sentir feliz cuando estés constantemente realizando labores que te gusten y que sientas que te hacen crecer en todos los aspectos de tu vida. Así que SIEMPRE debemos estar trabajando para sentirnos felices. Trabajando por crecer y ser mejores personas en todos los aspectos. Sólo cuando logremos eso nos sentiremos verdaderamente realizados. Los dejo con una frase dicha por Benjamin Disraeli, que leí en "El monje que vendió su Ferrari":
El secreto del éxito es la constancia en los propósitos.

No hay comentarios: