miércoles, 26 de septiembre de 2007

Una nueva oportunidad

Muchas veces nos quejamos de cómo es nuestra vida. Decimos que no nos llena lo que hacemos, que quisiéramos tener más dinero, una pareja amorosa, mejores relaciones con la familia, etc. Y muchas veces pensamos que es la vida que nos tocó vivir, lamentablemente, y que tenemos que resignarnos a vivir infelices porque es nuestro destino. La verdad es que la gran mayoría de las cosas por las que nos quejamos (si es que no todas) está en nuestras manos el poder comenzar a cambiarlas AHORA MISMO. A veces deseamos que hubiésemos tenido otra oportunidad para hacer las cosas distinto. ¡Pues bien, la tenemos!¡Cada día es una nueva oportunidad! Uno en lo particular suele escoger fechas especiales como sus nuevas oportunidades. La más típica es el año nuevo. ¡Desde el año que viene no fumo más!, ¡El año que entra sí hago la dieta!, etc. Son fechas con mucho simbolismo, digámoslo así. El comienzo de un nuevo semestre, un nuevo mes...pero en realidad, cada día tenemos una nueva oportunidad para hacer las cosas distintas. Debemos meternos esa idea en la cabeza cuando estamos desanimados por algún aspecto de nuestra vida. No es que estamos condenados ya a vivir así. No importa la edad que tengamos, siempre hay un nuevo día en el que podemos hacer las cosas distinto y empezar nuestra transformación hacia lo que realmente deseamos. Eso sí, no hay razón para esperar. ¡Empieza ahora!

lunes, 24 de septiembre de 2007

¿Lentitud, rapidez, eficiencia, eficacia?

Hoy quiero reflexionar un poco sobre todos esos conceptos que plasmo en el título de mi post. Estamos en unos tiempos signados por el apuro y la exigencia de hacer las cosas lo más rápida e inmediatamente posible. Ahora me pregunto yo: ¿Es correcto exigir que todo se haga de manera inmediata? ¿En realidad es tan importante la rapidez en las acciones? Uno pudiera pensar que sí, porque como dije anteriormente en estos tiempos es lo que se exige. Pero eso da para filosofar, en realidad. ¿Hasta qué punto lo importante es buscar eficiencia y hacer las cosas lo más rápido posible en lugar de la eficacia y hacerlas bien hechas? Como dije, da para discusión. Yo creo que la respuesta, como en todo en esta vida es buscar el punto medio. La idea no es ir como alma que lleva el diablo por la vida, porque no la vas a disfrutar y más bien te puedes morir más rápido por el estrés y las preocupaciones. Pero tampoco es deseable ir con demasiada calma por la vida, porque antes que te des cuenta se puede acabar y te vas a sentir muy frustrado por no haber hecho todo lo que podías/querías hacer. Además, en ocasiones realmente es importante la eficiencia. Por ejemplo, si queremos hacer muchas cosas en el día, porque tenemos diversos intereses y queremos dedicarle un poco de tiempo a cada una, es deseable que les dediques el tiempo justo para que puedas realizar todas las actividades que quieras. Entonces, mi conclusión personal es esa, hay que buscar el balance, ni acelerado ni retardado, sino los tiempos justos para cada cosa. Algo de eficiencia es necesaria en algunos compases de la vida, pero no exageremos. Es un mal de estos tiempos el aceleramiento exagerado. Como llevamos ritmos de vida tan infartantes, pues estamos todo el tiempo apurados y no disfrutamos como deberíamos disfrutar cada momento vivido. No disfrutamos la comida, la devoramos como lobos moribundos. No disfrutamos el viaje al trabajo o a la casa, vamos desesperados por llegar a nuestro destino, tocamos cornetas como locos y nos molestamos si un semáforo tarda mucho en cambiar. Entonces por otro lado creo que es importante, al menos en ciertas cosas en la vida, rescatar la lentitud y la tranquilidad para hacer las cosas. Sólo de ese modo disfrutaremos de las cosas sencillas de nuestra existencia que, al fin de cuentas, son las que nos hacen más felices. Un atardecer, un cielo estrellado, el trinar de un ave por la mañana. No perdamos la capacidad para estar quietos y atentos a lo que nos rodea, conservemos eso que nos hace seres humanos y que nos diferencia de simples robots. ¡Aún estamos a tiempo!

lunes, 17 de septiembre de 2007

La importancia de definir tus objetivos

Estoy escribiendo en este blog casi que mensualmente, jeje y en realidad no quiero que esa sea la frecuencia, sino mucho mayor. Pero bueno, al menos escribo. Poco a poco espero ir subiendo la frecuencia de mis reflexiones, sobre todo ahora que estoy en el trabajo y que puedo tomar como hábito escribir diariamente en algún momento que tenga libre en la oficina. En fin, a lo nuestro. En mi reflexión pasada hablé acerca de la importancia de cultivar nuestra mente, de cuidarla, ejercitarla y llenarla sólo con pensamientos edificantes. Controlar nosotros nuestra mente y no al revés, que es lo que suele ocurrir. En esta oportunidad me quiero referir a otro punto del mismo libro ("El monje que vendió su Ferrari"). No he terminado el capítulo aún, pero el autor menciona la importancia de definir nuestros objetivos. Es importante tener claro qué es lo que queremos en la vida y establecer prioridades en cada situación y para cada aspecto de nuestra existencia. En el libro, los objetivos son representados mediante un faro, ya que nos sirven de guía en los momentos difíciles, para nunca perder el rumbo ni la perspectiva. Es importante incluso tomarse un tiempo mensual para colocar por escrito nuestros objetivos. Y la idea no es escribir los objetivos y meterlos en una gaveta para no sacarlos nunca más. La idea es tenerlos presentes, revisarlos, recordarlos. De nada sirve el faro si está apagado, ¿No es cierto? Entonces debemos mantenerlo encendido en nuestros corazones y nuestras mentes para mantenernos enfocados. Si tenemos objetivos definidos y los asentamos por escrito, el universo se empieza a mover para que las cosas cambien...porque nosotros nos movemos para ello y ponemos nuestros pensamientos en ello. ¡Así que no pierdas tiempo, establece objetivos y prioridades y trabaja para que se cumplan!