miércoles, 17 de febrero de 2010

¡Hay tiempo para todo!

¡Buenos días a todo el que me lee! ¡Tenía ya unos cuantos meses sin escribir por esta vía y me parece que ya es el momento de volver a hacerlo! Hoy quería reflexionar con ustedes acerca del tiempo y su mejor aprovechamiento. Siempre nos andamos quejando de que no tenemos suficiente tiempo para hacer esto o hacer aquello. A veces incluso se nos van las horas sin darnos cuenta, sin hacer nada realmente productivo y sentimos que el tiempo no nos rinde. En estos tiempos de trabajos de 8 a 5, creo que es más frecuente esta sensación de que la vida se te va en puro trabajar. No quiero decir que esto sea malo ni mucho menos, pero no me parece que la misión que vinimos a cumplir en esta tierra se reduzca a ello, en todo caso probablemente sea sólo parte de dicha misión. Hay algo que no debemos olvidar: 24 horas son más que suficientes. ¡Personajes importantes de nuestra historia como Gandhi, Martin Luther King, Einstein, Da Vinci, entre otros, no contaban con 40 horas al día, tenían las mismas 24 que tenemos nosotros! ¡El potencial del ser humano es ilimitado, si lo puedes imaginar seguramente lo puedes hacer! Entonces, queda de parte de nosotros aprovechar ese potencial con el que contamos. Sería una verdadera pena no hacerlo y quedarnos en la mediocridad. ¡Así como siempre hay gente que se queja de la falta de tiempo y que no lo aprovecha, siempre hay personas que a veces uno no se explica como hacen tantas cosas a la vez! Que si ven dos carreras, que si ven clases de inglés, música, son madres, trabajan...y uno de repente se queja porque la única carrera que ve es difícil o en el trabajo hay cosas complicadas. ¡Tomemos el ejemplo de estas personas, organizadas y que se las arreglan para aprovechar bien su tiempo! Eso sí, sin llegar a los extremos...esa es mi filosofía de vida, todo extremo es malo...o al menos casi todo...La idea no es empeñarse en hacer mil cosas sin tener tiempo humanamente posible para dedicarle a las mismas. Todo en su justa medida. Pero la idea es que no dejemos pasar las horas sin aprovecharlas, la vida es muy corta para todo lo que podemos hacer. ¡Organicémonos, si lo hacemos hay tiempo para todo!

viernes, 19 de junio de 2009

Alegría

¡Buenos días a mis consecuentes lectores, gracias por acompañarme! En esta ocasión quisiera reflexionar acerca de la importancia de la alegría en nuestras vidas. A lo largo de toda nuestra existencia siempre habrá altibajos, momentos malos y buenos, algunos en que todo se ve color de rosa y otros en que todo parece ser negro azabache. Para disfrutarla como es debido, debemos mentalizarnos de manera positiva y poner al mal tiempo buena cara. ¿Estamos aburridos y cansados? ¿El trabajo nos tiene locos? ¿Tenemos problemas sentimentales o familiares? ¿La plata ya no alcanza para todos los gastos? ¿Nos cuesta mucho alcanzar las metas trazadas? No te dejes abatir por esas circunstancias negativas, trata de mantenerte con alegría cada día de tu vida. Los momentos malos pasarán, después de la tormenta siempre viene la calma, así que no te estreses demasiado. ¡Es como siempre se dice, no te pre-ocupes, ocúpate! ¡Si hay cosas de tu vida que te molestan y que está bajo tu control cambiarlas, pues adelante, trabaja en eso! Pero trabaja con ánimo, buena vibra, alegría, pensamiento positivo. Así seguramente obtendrás mejores resultados. Si en cambio constantemente te encuentras frustrado, deprimido, enojado contigo mismo, con los demás y hasta con Dios por todas tus desgracias, lo más probable es que te hundas aún más en la tristeza y en tu propia miseria. Haz lo posible por mejorar tu ánimo, escucha música que te guste, siempre la música ayuda muchísimo. Conversa con tus amigos y compañeros de trabajo, cuenta chistes, etc. Lee un buen libro, haz un curso de tu agrado, viaja. En fin, hay infinidad de opciones para hacer la vida más llevadera y poderla vivir con más alegría. ¡Cambia esa cara, ánimo! ¡La vida es bella! ¡Todo mejorará!

martes, 3 de marzo de 2009

¡Muévete!

¡Buenas tardes a todos los que me lean! De nuevo me dispongo a escribir acerca de aquello que me preocupa o me interesa, con la esperanza de que también les preocupe o interese a ustedes. En esta oportunidad quiero tratar un tema que me parece que pudiera ser la continuación de lo que escribí anteriormente acerca de la flojera como forma de vida. Y es en relación al movimiento que debe haber en nuestras vidas. Se me ocurre compararlo con lo que pasa en ocasiones con algunos órganos o partes del cuerpo humano, que cuando dejan de usarse por mucho tiempo se atrofian. Pues eso mismo puede pasar con nuestro cerebro y con nuestra vida en general si nos dejamos vencer por la inactividad y nos dormimos en los laureles. Soy de la idea de que hay que intentar reducir los tiempos muertos y estar todo el tiempo en actividad, haciendo cosas productivas. Mientras más tiempos muertos haya, más flojera nos da y menos nos rinde el tiempo, parece mentira. Y como consecuencia de todo ello, vienen más depresiones y cavilaciones sobre cosas inútiles. De todos modos, quiero aclarar algo. Cuando hablo de estar todo el tiempo en actividad y de reducir tiempos muertos, no quiero decir que no debe haber tiempo libre, por supuesto que no. El tiempo libre no sólo es deseable sino imprescindible. Necesitamos hacer cosas distintas a nuestra rutina diaria y reposar un poco para recargar las pilas para lo que sea que hagamos como trabajo. Pero de lo que hablo es que hay que buscarse cosas para hacer en ese tiempo libre. Ya sea mejoramiento profesional, actividades recreativas, viajes, salidas al cine, trabajo en el hogar, etc, etc. Pero es importante mantener la mente ocupada, para que no se nos vaya atrofiando, siempre tener actividades, cosas pendientes y no estar a la deriva buscando que carrizo hacer, sentados horas en nuestros sillones viendo qué programa conseguimos para no dormirnos tan temprano. ¡Muévanse! ¡Busquen cosas para hacer, ocupen su tiempo! ¡Así podrán mantenerse sanos de cuerpo y mente por más tiempo!

lunes, 8 de diciembre de 2008

La flojera como forma de vida

¡Saludos a todos los lectores! Una vez más aquí estoy, escribiendo para ustedes. Y para mí, claro está, porque escribir aquí representa para mí una catarsis, un desahogo de lo que pienso, lo que me preocupa, lo que me alegra o entristece. De nuevo gracias por los comentarios, agradezco mucho que exista ese feedback entre ustedes y yo, así nos nutrimos todos no sólo de lo que yo escriba, sino de las reflexiones o anécdotas que tengan a bien compartir con todos nosotros. En esta ocasión quiero escribir acerca de cómo la flojera, el fastidio, el desgano, consumen nuestras vidas. Hay momentos en que sentimos que nada nos motiva ni nos causa gracia. Que no hay razones para levantarse cada día de la cama, no hay nada que nos emocione o apasione. Los días pasan y pasan y todos son iguales...no hay alegrías que nos pongan eufóricos...no existe ese "algo" que en verdad nos llene y nos haga sentir vivos. Quedamos consumidos en la rutina. Y lo peor de todo es que no es una rutina que nos guste...porque siempre habrá algo de rutina en nuestra vida. Pero al menos deberíamos intentar estar inmersos en una que nos cause satisfacciones y no tristezas, molestias, estrés o hasta sueño. En ocasiones, establecemos la flojera como una forma de vida. Digamos que pasa a formar parte de nuestra rutina diaria. Le pedimos permiso a un pie para mover el otro, en el trabajo no tenemos ganas de hacer nada, sólo esperamos a que llegue la hora de salida, día tras día. Llegamos a nuestras casas y vamos a lo mismo. Andamos con sueño así que no provoca nada. Nos sentamos en la computadora a no hacer nada, básicamente...o nos acostamos a ver TV...pasando canal tras canal sin saber siquiera que ver...Si se han sentido así alguna vez, les aconsejo que reaccionen y que hagan algo por cambiar las cosas. Definitivamente, algo está funcionando mal en sus vidas, probablemente varias cosas. ¿Se dedican a lo que verdaderamente les llena? ¿O sólo trabajan por trabajar, por ganar dinero? ¿Tienen actividades extra curriculares, por decirles de algún modo, que los entretengan y hagan más llevadera la rutina diaria? ¿Salen con sus amigos o familiares? ¿Viajan de vez en cuando? Etc, etc, etc, hay infinidad de cosas que podemos hacer para alegrarnos la vida y sentir la pasión de vivir. La vida es un carnaval, como decía Celia Cruz...queda de parte de nosotros unirnos a la fiesta y bailar hasta que el cuerpo aguante. O quedarnos en una baranda, viendo como los demás viven y disfrutan. ¡La decisión de cambiar está en tus manos!

miércoles, 16 de julio de 2008

Llega el día...

¡Saludos a todos! Gracias por los comentarios emitidos en mis entradas, aprecio mucho que pueda haber personas pendientes de lo que escribo y que se tomen la molestia, además, de dejar algo escrito acerca de mis reflexiones. Tenía ya varios meses sin escribir, pero hoy desde hoy quiero ir retomando paulatinamente la costumbre de plasmar aquí mis pensamientos acerca de la vida o lo que sea que considere digno de compartir. Con el título de esta entrada quiero reflexionar acerca de que en nuestra vida siempre llega un momento en el cuál tenemos que cambiar. Es el ciclo natural de nuestra existencia, la natural evolución humana. Y aunque nos neguemos a aceptarlo, llega el día en el cual debemos cambiar. Sino la vida nos obligará a cambiar, así de sencillo. Porque todo ocurre por alguna razón y seguramente algún evento se dará para obligarnos al cambio. Llega el día en que tenemos que crecer, madurar. Llega el día en que tenemos que independizarnos, salir del manto protector de nuestros padres. Llega el día en que debemos ser personas responsables, trabajadoras, dedicadas. Llega el día en que tenemos que organizar mejor nuestro tiempo. Llega el día en que debemos sentar cabeza y dejar de hacer locuras. Bueno, no dejar de hacer locuras, una locura de vez en cuando no cae mal, jeje. Pero quiero decir que no todo en la vida puede ser bochinche y echadera de broma. Llega el día en que debemos socializar, trabajar en equipo. No podemos estar toda la vida aislados del mundo. Llega el día en que tenemos que evolucionar y cambiar muchas malas costumbres. Así que mi consejo sería: toma la decisión YA de cambiar. No se puede cambiar completamente de un día para otro, pero tenemos que decidirnos a empezar a hacer modificaciones concretas en nuestra vida AHORA. Hagámoslo, antes de que la vida tenga que recurrir a medidas más extremas para obligarnos...