jueves, 23 de agosto de 2007

Cultivemos nuestra mente

Tenía un poco abandonado este espacio, no escribía desde el mes pasado. Pero pienso retomarlo con frecuencia nuevamente desde el día de hoy. En esta ocasión escribo para reflexionar acerca de la importancia de cuidar nuestros pensamientos. Estoy leyendo hace un tiempo, tal vez no con la regularidad debida, un libro llamado "El monje que vendió su ferrari". Como anécdota, puedo decir que las primeras veces que lo vi en venta me dio risa el título y me pareció que era bastante inapropiado y poco llamativo. Pero uno de los adagios populares dice que no juzgues a un libro por su portada (o algo parecido) y pues éste es un buen ejemplo de ello. Aún me falta mucho por leer, pero ya por lo que he visto se puede saber que es un libro bastante interesante y que puede dar claves para mejorar nuestra vida significativamente. La enseñanza más importante que he podido extraer de su lectura hasta ahora es probablemente algo que ya sabía y había leído o escuchado anteriormente. Pero no por eso deja de ser importante. Muchas veces uno tiene que ver las cosas una y otra y otra vez para que termines internalizándolas y aplicándolas a tu vida. Es cómo lo que se suele decir con los fracasos en la vida: el ser humano generalmente aprende a los trancazos...a veces nos lamentamos de los golpes que recibimos, pero muchas veces es así que terminamos de hacer los cambios que necesitamos. En fin, la enseñanza es que debemos cultivar nuestra mente. En el libro, comparan la mente con un jardín. Si lo cuidamos apropiadamente, las plantas crecerán y lindas flores lo adornarán. Debemos cuidar nuestra mente, cultivarla. No debemos permitirnos pensamientos negativos. En su lugar, debemos llenarla de pensamientos positivos, de alegría, de esperanza. Cada vez que nos demos cuenta de que llega un pensamiento negativo a nuestras mentes, reemplacémoslo por uno positivo. Entrenemos nuestra mente, es el recurso más poderoso que tenemos para lograrlo todo en esta vida. Enfoquémonos en objetivos concretos, utilicemos el recurso de la visualización con frecuencia para imaginarnos como las personas que soñamos ser. Cuando seamos capaces de controlar nuestra mente, no existirán límites en lo que podamos lograr. ¡Así que vale la pena el esfuerzo!